Wednesday, March 25, 2020

Diario de Nuestra Parte de Noche



(Solo tiene spoilercitos. Nada relevante, lo prometo.)

Año 2020.

19 de febrero: Lo comencé sentada sobre un sillón de peluquería. Esa distracción fue en parte culpable de que la peluquera lograra convencerme de cortarme el pelo harto más de lo planificado.

20 de febrero, página 90: Se habla de las personas que conocemos y "al tiro nos caen bien." ¿Por qué nunca hablamos de los libros que al tiro nos caen bien? ¿Del amor a primera lectura? Yo estoy fascinada, en la luna de miel del pololeo con un libro tan bien escrito e interesante que no puedo creer que se fijó en mí.

21 de febrero, página 120: Che, se me pegó el argentino. Que maravishosa la manera en que hablan y escriben estos pibes, así como con los acentos en cualquier parte y todo tan cantadito y medio gritoneado. Dan ganas de leer esta cosa en voz alta para escuchar esa musiquita, ¿no encontrás?

23 de febrero, página 135: Me ha costado mucho desde la página 100 en adelante. Se vuelve tedioso el ambiente fantasmal, qué quieres que te diga.

24 de febrero, página 140: ¿Mariana Enriquez será lesbiana? Es que como describe a las mujeres, uff. Es como para que todos digamos... ¿y los hombres, a quién le pueden gustar los hombres? Aunque algo hay también en su descripción de Juan. ¿Tal vez es bisexual? Aunque en verdad todxs lo somos en mayor o menor medida, y en verdad me estoy yendo al chancho con mi desvergonzada mescolanza de autor/obra. Pero bueno, esto es un diario de lectura, nunca ofrecí un análisis docto ni que fuera capaz de darlo.

25 de febrero, página 169: Ay, la suspensión de la incredulidad.

26 de febrero, página 211: Era verdad eso de que agarra un ritmo mucho más rápido después de que se revela el conflicto del libro, que se demora toda la primera parte o capítulo. 

27 de febrero, página 300: Volví a Santiago, comienza marzo, tengo que trabajar y escribir la tesis. ¿Qué hago con mi nueva novia, Nuestrapartedenoche? 

28 de febrero, página 304: Me tuve que grabar a mí misma leyendo, como recitando, la escena en que tiran las cenizas de Rosario. Había que escucharla en voz alta, hacerle algún homenaje, aunque sea tan solo frente a la cámara de mi celular.

29 de febrero, página 320: Una genia del relativismo moral, esta Mariana. No tomar posición, porque tomarla es tan fácil: La personalidad desenfrenada e iracunda de Juan, sus motivos, los deberes clásicos del buen padre de familia. Es el abismo ético; caes, caes, y no sabes de qué aferrarte.

1 de marzo, página 355: "Ser huérfano es cargar con cenizas."

10 de marzo, página 355: Mañana es el día de entrega del capítulo de tesis que estoy escribiendo, y celebraré con un atracón de Mariana. 

15 de marzo, página 372: El apocalipsis me despejó de muchas de mis responsabilidades, incluyendo la vida social. Veamos si la cuarentena me ayuda a superar la dificultad de retomar un libro largo después de la pausa. Y veamos si el morbo de las enfermedades, muertes y crisis de Nuestra parte de noche permitirá superar el morbo de la enfermedad, muerte y crisis que vivimos.

19 de marzo, página 390: Es tan distinto leer algunas cosas en el momento indicado. No puedo decir que la historia de fantasmas y sectas me da como anillo al dedo en esta etapa de mi vida, pero hay otra cosa que sí: Su deliciosa concepción sobre el amor, no monogámica, poliamorosa a más no poder, vaciada de toda celopatía. El amor, cuando lo hay, se complementa con amor a a otros. Hay muchos fantasmas en esta historia, pero los del amor malo no están presentes. Aunque tal vez solo yo lo estoy entendiendo así, porque me  se me da ver reflejado lo que pienso en las cosas que me gustan.

21 de marzo, página 490: ¿Por qué se leerá así, como masoquista, adicta al dolor? ¿Por qué nos sometemos y nos gusta sufrir?

22 de marzo, página 590: 


  1. La cicatriz de Gaspar ~ la cicatriz de Harry Potter
  2. La plaga del Sida ~ la plaga del Conavirus
  3. El enojo de los Peterson ~ mi enojo


23 de marzo, página 630: Es de noche, todos duermen en mi casa, y ahora verdaderamente estoy aterrada con el libro. Esto es demasiado para mí, es demasiado y tengo toda la piel de gallina. Mis amigas, prudentes, me dicen por Whatsapp que no siga leyendo, que me dará insomnio, y me imagino amaneciendo con el pelo blanco así que decido que tienen razón. Mañana en la mañana terminaré esta cuestión.

24 de marzo, página 667: Y, terminé. Que maravilla de libro. Y que manera de estar enchuchada con mis amigas que me dijeron que no me lo terminara anoche. ¡Prudencia! Que recomendaciones más de vieja por la chucha. Habría sido tan, tan hermoso terminarlo anoche, de un vuelo, y quedarme horas infinitas de la noche pensando en Gaspar y los cabos que quedan dolorosamente sueltos. Además, el pelo blanco está de moda.

25 de marzo: Siento como que extraño a un buen amigo con el que pasé demasiado rato los últimos días.

8 de abril: Me quedé pensando si fue realmente culpa de mis amigas, de terminar un libro como éste con el desayuno, o si el final es medio penca no más. Cosas de la lectura, que a veces se confunde con la vida y es difícil determinar cuál afecta a cuál.

Sunday, March 15, 2020

Libros que quiero leer en cuarentena pero probablemente no leeré porque el morbo de Twitter en tiempos de pandemia es fascinante

*Este es el tipo de publicación que se hacen para puro darse el gusto. No fui deferente con el potencial y distraído lector, fui desvergonzada en cosas que por lo general me dan vergüenza. Por ej: Le di rienda suelta al spanglish, incluso me dio un brote de portugués, total, qué tanto, si el mundo se va a acabar igual.*
  1. Las benévolas de Jonathan Littel.
  2. Por si me enfermo, algo entretenido: La serie de Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin (intentar replicar esa gripe fulminante a los 12 años con los que me leí el séptimo Harry Potter -el mejor- en dos días. Confundir la fiebre de la enfermedad con la que provoca la trama.)
  3. Ojalá leerme los libros para la tesis que tengo ahí, mirándome con reprobación desde el escritorio. Ojalá pegarme una cachada de responsabilidad. Pero el apocalipsis es un tiempo re malo para estar pensando en el futuro. 
  4. Tengo como cinco libros inconclusos del 2019, el año de mi pérdida de fe en mi capacidad de leer. Por suerte, ahora estoy leyendo algo que me devolvió esa fe y la cuarentena será mi misa. Los libros son:
    1. Qué vergüenza de Paulina Flores (todavía necesito que alguien me explique what the big deal is.)
    2. Hermano ciervo de Juan Pablo Roncone (debería leer éste cuando termine con Nuestra parte de noche, un fantástico complemento pa' seguir teniendo pesadillas. De hecho, aprovecho de recomendar el primer cuento, se llama "Muerte del canguro". Cuentazo.)
    3. Cuaderno ideal de Brenda Lozano (continúo con este solo porque es uno de los libros favoritos de Julieta Venegas. Razón más que suficiente para hacer cualquier cosa, aunque me aburra Brenda.)
  5. Tal vez este es el momento de leer un clásico pajero que si no leo ahora, nunca me daré la paja de leer. Creo que la última vez que leí un clásico fue el 2015 con Anna Karennina. Es que la vida (o el tiempo libre) es muy corta. La última vez que lo intenté fue con Crimen y castigo el año pasado, y leerlo se sentía como bien la describe su título, así que desistí a las 200 páginas. Pero bueno, este último puntito de la lista depende de qué tan larga y desoladora sea la plaga, si llegamos hasta el punto cinco es porque la cuestión fue fuerte.

Hablando de plagas, lean Ensayo sobre la ceguera de José Saramago. Libro maravilhoso, nada que ver con la cuestión que está pasando ahora (incluso más terrible, podrán imaginarse de qué va), y eso que tal vez en tiempos de histeria colectiva sería bueno recomendar algo más simpático, la poesía de Benedetti o qué sé yo. Pero bueno, maravilhoso y satánico al fin.